EDITORIAL DEL PRESIDENTE DEL CLUB DEL PROGRESO –

Los acontecimientos políticos, económicos y sociales se precipitan, casi a diario, por lo que resulta muy difícil distinguir lo baladí de lo trascendente, lo anecdótico de lo medular, lo importante de lo trivial y reflexionar sobre ello. Para la colmo la incontinencia verbal de casi todos los actores de la vida cotidiana (funcionarios públicos, políticos, periodistas, empresarios) sumados a los ciudadanos que se expresan a través de los medios digitales, confunde a muchos.

Dicho esto me atrevo a decir que lo único importante y trascendente, frente al cúmulo de insensateces gubernamentales y respuestas disparatadas de algunos ciudadanos, que lo único importante, vital y perdurable por lo que hay que luchar es por la vigencia de las leyes y el sistema institucional que nos rige, aún con falencias y cuestionamientos a los que nos tienen acostumbrados los actores señalados.

En las pasadas semanas hemos sabido de un proyecto de ley que pretende vulnerar la independencia de los jueces, piedra angular de la república. A ello se suma la ilegal, injusta y perjudicial intromisión del poder público en empresas privadas proveedoras de servicios de comunicaciones digitales, enviando un mensaje negativo a los eventuales inversores.

La incontinencia verbal del presidente, la vicepresidente, un ex presidente y varios funcionarios, siembra dudas no solo sobre el rumbo del gobierno, sino de la sensatez de sus conductas.

La respuesta ciudadana, que se ha expresado y expresa con manifestaciones públicas que congregan voluntades en favor del respeto a los principios y mandatos constitucionales, es una salvaguarda en la que podemos y debemos apoyarnos para alcanzar un futuro mejor.

Las efectos devastadores de la pandemia, no solo sobre la economía sino también sobre la educación y la salud mental de la ciudadanía, deben impulsarnos a todos, pero especialmente a la clase dirigente, a ser prudentes pero a redoblar las esperanzas en un futuro mejor.

Para ello hay que trabajar, en todos los niveles, a fin de generar y ofrecer a la ciudadanía planes concretos de gobierno, a través de partidos políticos que sean una alianza capaz de ganar las elecciones de medio término y posicionarse para la gran cruzada de 2023: recuperar la república, democrática y federal y el desarrollo económico y social imprescindible para el mundo que viene.

por Guillermo Lascano Quintana