La adversidad es motor de innovación, ojalá no necesitáramos la desesperación para cambiar.
(Chris Colbert)

A medida que avance la automatización, el aporte creativo será cada vez más importante.
(Martina Rua)

La aceleración de los cambios vuelve necesario crear, probar, equivocarsey cambiar para volver a probar.
(Gabriela Samela)

Lo que ha dado en llamarse “nueva normalidad” llegó para quedarse. Para ser precisos, ya está entre nosotros. Sólo que, con el transcurso de las semanas, irá acentuándose en sus manifestaciones. Lo cual es válido tanto para la Argentina como para todo el mundo.

A continuación ofrecemos algunos ejemplos así como comentarios al respecto.

Las grandes empresas desarrollan planes para realizar negocios exitosos ahora que ya hemos ingresado en la “nueva normalidad” y advierten que el comercio minorista deberá ser repensado. La mayor parte de las transacciones se harán desde el celular o la computadora.

Las editoriales de libros – aún las más grandes, internacionales – han comenzado a vender de manera directa lo que provocará un impacto aún mayor al que ya impera en las librerías. Los comercios de librería, con local físico, parecen condenados a la extinción en tiempo cercano. Salvo que consigan alguna manera de reinventarse. Algo de esto ya hubo sucedido cuando comenzaron a incorporar espacios de confitería y comidas. Tal vez, llegó el momento de agregar espectáculos, cursos, conferencias y similares. Claro que esto requiere espacios de cierta superficie. No funciona para una librería que ocupa un local pequeño en una galería, por ejemplo.

El CEO de One Eighty expresa: “El ritmo del cambio tecnológico es mucho más rápido que la habilidad humana para adaptarse.” “Ya no hay empresa u organización que pueda evadir o evitar la transformación digital.”

En una entrevista periodística Jaime Durán Barba afirmó que Joe Biden será el nuevo presidente de los Estados Unidos, “pese a ser un candidato enormemente aburrido”, manifestó.

Lo cierto es que el ex vicepresidente ya obtuvo los 1.991 delegados necesarios y se garantizó la nominación para ser el candidato del Partido Demócrata a presidente norteamericano en las próximas elecciones del ya cercano venidero noviembre.

El ex vicepresidente de Barack Obama, tiene 77 años; una edad que demuestra la manera en que la expectativa de vida aumentó y cómo alguien que cumplirá 80 años – en caso de ganar las elecciones – presidiendo el país más importante del mundo, estará en condiciones biopsicosociales adecuadas de salud para hacerlo, sobre todo habida cuenta de la gran exigencia y esfuerzo personal que tal posición requiere.

A la vez E.E. U.U. sorprendió con baja la tasa de desocupación. Disminuyó en 2.500.000 puestos en mayo; lo que ha sido entendido como resultado de menos cuarentena y mayor flexibilidad laboral. La tasa de desempleo cayó del 14,7% al 13,3% en mayo. Se sumaron 2,5 millones de puestos tras haber perdido 21 millones en abril. Según algunos analistas políticos esta debacle laboral será la que impida la reelección de Donald Trump.

La posibilidad del triunfo de Biden, ha llevado a algunos expertos a pensar que podría surgir un inédito cuadro político en los Estados Unidos. Deducen que si la diferencia de votos entre Biden y Trump no fuera importante, podría ocurrir que el actual presidente se resistiera a dejar el poder y – aclaran – en ese caso será fundamental la forma en que se comportarían las Fuerzas Armadas, dispuestas o no a defender la Constitución.

Más allá de que esto pueda o no acontecer, el sólo hecho de que haya quienes lo enuncien provoca extrañeza. No se supone que en los E.E. U.U. pueda haber ni siquiera lo más parecido a un golpe de estado. Empero, en el Partido Demócrata ya se dice que no sólo están trabajando para un triunfo, sino para un triunfo arrasador pues – entienden – de no haber gran diferencia de votos entre el ganador y el perdedor esto podría conducir a problemas.

En una reciente columna en The New York times, el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, escribió lo siguiente que nos mueve a detenida reflexión: “Es alarmantemente fácil ver cómo los Estados Unidos podría seguir el camino de Hungría, ser una democracia sobre el papel pero en la práctica un estado autoritario de partido único. … Y no hablo de un futuro distante: podría ocurrir este año, si Trump es reelecto o incluso, potencialmente, si pierde y se niega a aceptar ese resultado.”

El ensayista estadounidense David Rieff, mientras transita la cuarentena en Nueva York y prepara un libro sobre la Argentina, piensa que “las protestas van a ayudar a Trump porque el miedo sirve al populismo.”

A la vez, en Alemania se dispuso la baja del IVA del 19 al 16% hasta fin de año, eliminación de impuestos a los autos hasta el año 2030 e inyección de un paquete de €130 millones para reactivar la economía. Digamos también que Ángela Merkel, desde el comienzo de la pandemia, está siendo asesorada por un verdadero “comité de expertos” ya que el mismo es interdisciplinario (como ha de entenderlo cualquiera que tenga una mínima formación científica) y no sólo de infectólogos. El gobernante que sea asesorado por especialistas en sólo una de las variables que implica el análisis científico de una pandemia, necesariamente estará cometiendo errores casi de continuo. Hay variables psicológicas, psicosociales y médicas (en sus distintas disciplinas) tanto como económicas y jurídicas que en modo alguno pueden ser soslayadas si el gobernante en verdad lo que está buscando es cuidar la salud de la población. Así lo tuvo en cuenta la primer ministro de Alemania.

De acuerdo a análisis realizados, el COVID 19 agrandará la brecha económica en el mundo. Al contrario de otras pestes ocurridas en siglos pasados, el coronavirus reducirá el trabajo no calificado. Y, tal vez, convenga aquí coincidir en que “trabajo calificado” implica – como mínimo – ser buen conocedor del uso de los instrumentos cibernéticos.

En la Argentina, por el establecimiento del trabajo en el hogar y la educación a distancia, la venta de dispositivos tecnológicos creció hasta un 400% (cuatrocientos por ciento, no hay error) durante lo que va de la cuarentena. Clara evidencia de por dónde va la “nueva normalidad.”

“Trabajar de forma remota es ahora la clave para la continuidad de negocios y de gobiernos”, afirma Silvina Moschini, CEO & fundadora de SheWorks y presidente de Transparent Business.

por Antonio Las Heras & Sandra Noemí Britos*

*Antonio Las Heras y Sandra Noemí Britos publican, semanalmente, INFORME RESERVADO DE LAS HERAS & BRITOS. Puede solicitarse a [email protected]