Un análisis racional, reflexivo, crítico, con herramientas filosóficas  y del Campo Junguiano, buscando entender de manera profunda la actualidad tanto como el futuro inmediato, si esto fuera posible.

Hoy es difícil ser un ciudadano pleno

sin una alfabetización científica.

Los ciudadanos de hoy requieren cierto saber científico

y tecnológico para entender el mundo

y tomar buenas decisiones para el futuro

que requiere su país.

(Melina Furman, bióloga, educadora.)

ALGUNAS CUESTIONES DE LA ACTUALIDAD INTERNACIONAL

Mientras el COVID 19 se va convirtiendo en parte de la existencia habitual, cotidiana, y sigue manteniendo la atención de las primeras planas (dicho esto en el amplio sentido que incluye redes sociales, televisión por cable, Etc.), otros asuntos que consideramos trascendentes van aconteciendo, aunque pasen casi desapercibidos. En primer término el hecho de que una violencia callejera se ha desatado tanto en Europa como en los Estados Unidos. No es un asunto menor puesto que no se trata de gente – que al estilo de los años 60 del siglo XX – sale a predicar “paz y amor.” Aquí se trata de grupos, sin duda conducidos por personas entrenadas para ello, que lo que persiguen es caos y más caos en las calles. Cada gobierno atiende el tema a su manera. Que no es lo mismo Trump que Macron o Ángela Merkel, como ya sabemos. Lo que distinguimos aquí es violencia instalada en las calles, que se mantiene vigente a través de los días y las semanas.

En tanto, varios de los más importantes laboratorios continúan su prédica señalando que, en unos meses, estará lista la vacuna. Tampoco queda en claro cuáles serán los beneficios de la misma. ¿Generará inmunidad de por vida? ¿O sólo por unos meses? ¿Estará al alcance de todos? Hay demasiadas preguntas que no tendrán respuesta hasta tanto se tenga una vacuna en concreto. Eso, por lo que resta de 2020, no se advierte como factible.

En estos días la OMS ha dicho varias cosas. Una es que la pandemia seguirá hasta avanzado el año 2022. Más recientemente que no es conveniente el saludo “codo a codo” puesto que tal proximidad permitiría la contaminación. Y ayer, lunes, informó que aguarda los mayores “picos” de la pandemia, para Europa, en octubre y noviembre. Interesante señalar que lo está anunciando el 14 de setiembre. Medio mes antes que acontezca lo que anuncia.

Cuánto más transcurre el tiempo mejor advertimos que no se tiene mayor conocimiento sobre qué puede esperarse de este virus. Ya adentrados en el siglo XXI, cuando nos habíamos convencido que la Ciencia y la Tecnología eran capaces de brindarnos respuestas para todo, nos encontramos que uno de los flagelos más antiguos de la Humanidad – los virus – siguen provocando tanta incertidumbre como hace siglos. Estamos en condiciones para definir todo mejor- eso es cierto – pero para darle una respuesta acabada, no lo estamos. Cualquier observador objetivo habrá de coincidir en que pasamos cada día dando “palos de ciego” buscando por dónde estará la señal que nos conduzca a un sendero más seguro y previsible.

A la vez, no pasan tres días sin que algún científico prestigioso exponga sus criterios contrarios a todo cuánto se ha hecho hasta el momento.

Idas. Vueltas. Fluctuaciones. ¿Cómo impacta todo esto en la mente humana? ¿Alguien se ha puesto a analizar cómo quedará el psiquismo humano tras un año de vivir de esta manera? La respuesta es si. Hay quienes se están ocupando de esto. Y las conclusiones son que aumentará la depresión, la angustia, la ansiedad, los estados de irritabilidad, de frustración, de violencia.

Si algo hace real daño a la salud humana es enfrentarse a un futuro de absoluta incertidumbre. No tener ni la más breve vislumbre de cómo habrán de seguir las cosas, no decimos ya dentro de cinco o diez años, sino – apenas – en el día de mañana o en los próximos meses. A eso se suma que la ignorancia de algunos los condujo a la creencia de que cuidar la salud es cuidar el organismo físico de la persona, su estructura biológica. Ninguno que tenga preparación científica en el campo de la salud aceptará tal cosa. Los filósofos tampoco. La salud es el resultado de un entramado biopsicosocial. Se cuida la salud, en verdad, cuando se está atendiendo a lo biológico, lo psicológico y lo social. Y debiéramos agregar: lo espiritual. Creer que con encerrar a una persona – sea en el ámbito de su hogar, hotel o sitio que fuere – y mantenerlo allí es un acto de salud, es propio de quienes no tienen formación científica – ni humanitaria – al respecto.

No estamos refiriéndonos a una forma de encarar la pandemia en la Argentina. Se trata de un asunto mucho más extendido.

Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (E.E. U.U.) demuestra que casi un 30% de los adultos de ese país tuvieron síntomas de depresión a mediados de abril mientra que antes de la pandemia era sólo el 8,5% quienes lo hubieron experimentado.

Tres estudios realizados por sociólogos de la Universidad de Arkansas revelaron que durante los primeros meses de su irrupción, la pandemia condujo a mayores niveles de depresión, ansiedad, tendencias suicidas y trauma psicológico entre adultos de Estados Unidos

Ya que hemos hecho mención a los filósofos, transcribiremos unos párrafos de la entrevista realizada por la agencia española de noticias EFE y que fue transcripta en el Suplemento de Cultura del diario LA PRENSA del 30 de agosto pasado, al conocido filósofo francés Bernard-Henri Lévy, en relación a su nuevo libro titulado “El virus que nos vuelve locos.”

Aquí algunas de las declaraciones:

“… al menos (aquellos ciudadanos) que han sabido resistir la ola de cretinismo, aquellos que han sabido mantener la calma, aquellos que han logrado aplicar medidas sanitarias pero sin caer en la ridiculez de decir: ´¡qué maravilla el confinamiento!´”

“Porque lo más peligroso es que nos acostumbremos a todo esto, que entremos para siempre en esta locura de la higiene y en el principio de precaución.”

“El hecho de que los valores de la libertad, del libre examen, de la valoración de la inteligencia, estén siendo eclipsados, volviéndose menos importantes.”

“Esta confianza ciega en los médicos fue en sí misma irracional. Por parte de los médicos hubo abuso de autoridad. Por la nuestra, un miedo maníaco, pensamiento mágico. Yo respeto a los médicos, pero en su sitio. No en el de los políticos.”

“Se llama, precisamente, ´higienismo´; es decir, que se basa en la idea de que sólo somos cuerpos, paquetes de órganos, un conjunto de órganos que no piensa, no leen, que no necesitan cultura.”

Es muy difícil imaginarse cómo

va a ser la vida después de este virus.

No tengo el optimismo de creer

que los pueblos van a mejorar

a causa de esta crisis.

(Daniel Baremboim.)

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ARGENTINA.

El domingo los diarios anunciaban en tapa que la Argentina se encontraba en el quinto puesto mundial con más casos críticos de COVID 19, detrás de los Estados Unidos, India, Brasil e Irán. No es un resultado que estimule siendo que el país lleva más de cuatro meses de una cuarentena que – al decir presidencial – no es tal aunque funcione de tal modo pero pueda ser redefinida sólo como situaciones de aislamiento social.

En la edición dominical de LA NACIÓN el periodista Joaquín Morales Solá definió del siguiente modo: “El país está entre los 10 con más contagios del mundo y entre los 15 con más muertos. Sólo un dato es relativamente bueno: la cantidad de muertos por millón de habitantes sigue siendo baja en comparación con otros países del mundo.  …  Hay más muertos de los que se cuenta por estrés y de personas que padecían enfermedades crónicas.”

Pero, claro, para quienes practican el pensamiento racional también queda la pregunta sobre si las cifras de muertos que cada día se difunden oficialmente son las verdaderas. Motivos para las dudas, las hay. Y como para muestra basta un botón – según afirma el refrán que tanto utilizaban nuestros padres – véase que el sábado pasado nos enteramos sobre una señora que fue dada por muerta – certificado de defunción mediante – y resultó que estaba viva. Uno se pregunta ¿cómo es posible que sucedan cosas de tal índole? Pues bien: suceden.

Igual que acontece que, tras estar un mes aguardando en condiciones más que precarias, en la frontera de las provincias del Chaco con Formosa, un grupo de formoseños – residentes en dicha provincia – e impedidos de ingresar, lo hicieron – de manera desesperada – cruzando el río Bermejo. Llegaron a la orilla formoseña (insistimos: eran formoseños con residencia legal en esa provincia, pero se les impedía igualmente el ingreso) donde fueron detenidos y llevados arrestados por la policía provincial. Obvio que ninguna ley, ni mucho menos la Constitución Nacional permiten esto. Igual se hizo.

La paradoja es evidente: la Biología,

y no la tecnología, está acelerando la

digitalización del mundo.

(Jorge Carrión, periodista y escritor.)

El poder militar chino, analizado por el Pentágono

Un informe del gobierno de EEUU dista de limitar sus advertencias al campo de armas de destrucción masiva y le da un amplio espacio al énfasis chino en las nuevas tecnologías, aún de uso civil, a las cuales las FFAA de este país están recurriendo y asimilando sistemáticamente

Por Fabián Calle. Fuente: Infobae.

En los primeros días de septiembre, la Secretaría de Defensa de los EEUU, mejor conocida como el Pentágono, publicó un detallado informe titulado “Military and Security Developments Concerning the People’s Republic of China”, centrado en la evolución de las capacidades militares convencionales, cibernéticas y nucleares de China.

El proceso de modernización del brazo armado de la potencia asiática viene de lejos, pero se ha acentuado y acelerado en últimos diez años. Sus fuerzas terrestres ponen énfasis en la flexibilidad operativa y la absorción de las más modernas tecnologías.

En el campo nuclear, la decisión de Beijing es poseer lo antes posible la denominada triada o la capacidad de lanzar cabezas de combate atómicas desde misiles situados en tierra, aviones y submarinos. La tradicional postura China de no dejarse arrastrar por una carrera masiva en la fabricación de artefactos nucleares como en su momento hicieron los EEUU y la URSS y luego en menor medida la superpotencia americana y Rusia parece haber comenzado a cambiar. El objetivo sería duplicar las actuales 200 cabezas nucleares estratégicas en los próximos 10 años. Actualmente tanto Washington como Moscú tienen una superioridad de 19 a 1 sobre China en este sector.

El informe del Pentágono dista de limitar sus advertencias al campo de armas de destrucción masiva, y le da un amplio espacio al énfasis chino en las nuevas tecnologías, aún de uso civil, a las cuales las FFAA de este país están recurriendo y asimilando sistemáticamente.

Todas las empresas civiles que operan en el país y en el exterior tienen como una de sus misiones poner a disposición del régimen sus hallazgos u obtención nuevos desarrollos de los países occidentales en donde operan.

En este sentido, una de las conclusiones del reporte es que el régimen comunista ha asumido como fundamental una óptima capacidad operativa, tecnológica y de ascendente capacidad de proyección de fuerza, para reforzar las acciones de la diplomacia y la expansión de los intereses económicos y geopolíticos del país en el mundo.

La tradicional frontera entre lo público y lo privado es vista como altamente disfuncional. Uno de los sectores donde el crecimiento ha sido más impactante es el de la construcción de buques de uso militar. Siendo ya China el país con mayor cantidad de unidades, si bien en lo que respecta a tonelaje total aún es solo un tercio de la marina de los EEUU.

También esa brecha a favor de Washington se mantiene fuertemente en áreas como los 11, y pronto 12, portaviones nucleares versus dos portaviones convencionales de china. Asimismo, se estima que la tecnología de la mayor parte de las nuevas embarcaciones chinas no alcanzan al mismo nivel tecnológico que las más recientes incorporaciones americanas y de aliados como el Reino Unido y aún Japón.

No obstante, el Pentágono advierte de la masiva producción y que no parece tender a frenarse en el futuro inmediato. A ello suma un fuerte énfasis de Beijing en multiplicar su capacidad de desembarco de tropas y medios blindados y aéreos, dándole la posibilidad de proyectar fuerzas sobre islas y zonas cercanas.

Todo lo cual, representa un claro mensaje a Taiwán, que está buscando modernizar, con respaldo de los EEUU, su arsenal de misiles anti navíos lanzados desde el aire, mar y tierra así como de sofisticados minas para dificultar el despliegue de barcos de guerra chinos en accesos claves de la isla.

Volviendo a la modernización y ampliación del brazo armado chino, Washington observa con preocupación la fabricación y desarrollo de misiles balísticos de más de 1000 kilómetros de alcance especialmente diseñados para atacar desde arriba a los portaviones americanos.

Para tener un idea más aproximada, cabe recordar que los letales Exocet AM39 que la Armada Argentina empleó con gran precisión durante la guerra de Malvinas y el Exocet MM38 lanzado desde el suelo de Puerto Argentino y que impactó y sacó de servicio a un destructor británico, se desplazan a poco más 900 kilómetros por hora y tienen un alcance de entre 30 y 40 kilómetros. La nueva familia de vectores chinos multiplica por veinte el rango de acción y por diez la velocidad de entrada desde la atmósfera de la cabeza de combate cuando se dirige hacia su blanco.

La Marina americana tiene un entramado único de sistemas anti misiles. No obstante, un eventual ataque masivo de misiles chinos podría saturar las defensas según algunos analistas. En materia de misiles balísticos tierra – tierra, el informe calcula unos 1250 con alcances de entre 500 y 5000 kilómetros, con cabezas convencionales y llegado el caso nucleares. Cabe recordar que estas armas no son producidas por EEUU desde 1987 cuando se firmó con la agonizante URSS el tratado MTCR que las prohibía.

El presidente Trump ha decidido cancelar este acuerdo con el argumento que el Pentágono y sus aliados necesitan de este tipo de armamento para ser desplegados en Asia.

En materia de defensa antiaérea, China aún se apoya en la compra a Rusia de los más sofisticados sistemas como el SS300 y el SS400, al tiempo que viene haciendo grandes esfuerzos para reemplazarlos en el mediano plazo por modelos diseñados y fabricados locamente. Como nota al margen, o quizás no tan al margen, Moscú ha vendido, y lo sigue haciendo en estos meses, estos mismos misiles y sus poderosos radares a un enemigo histórico de China tal como es la India. Estos dos países vienen teniendo altos niveles de tensión fronterizos.

Otro plano fundamental de la estrategia de Beijing es el área de la ciberdefensa y el ciberataque, focalizadas en aumentar la capacidad de disrumpir infraestructura critica de los rivales. A esto se suma una fuerte inversión en capacidad humana y tecnológica para operaciones de desinformación y de influencia sobre las redes sociales de los EEUU y otros países de interés, con el doble objetivo de mejorar la imagen de China en el mundo y al mismo tiempo empeorar la de sus rivales y crear la mayor tensión posible y grietas dentro de esas sociedades.

En este sentido, está el abierto interés en que exista y persista una conflictiva relación entre Washington y Moscú, una condición importante para evitar que el tradicional resquemor ruso por China siga siendo menor que las pujas con el poder americano. La apuesta China por el desarrollo de la revolución tecnológica que representa la inteligencia artificial tiene como propósito su aplicación a los sistemas de armas crecientemente autónomos y al mismo tiempo dotar a las redes sociales de origen chino de la capacidad de absorber y procesar la mayor cantidad posible de información sobre decenas de millones de usuarios en los otros países. La frontera entre la diversión y la geopolítica queda licuada totalmente.

Las próximas elecciones para definir quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años serán un campo de ensayo de estas operaciones para influir y agudizar pujas políticas e ideológicas dentro los EEUU. Para finalizar, el informe, como muchos de los emanados tanto desde el gobierno y la academia americana, subraya que el objetivo central de China en las próximas dos a tres décadas es reducir al máximo posible la influencia económica, política y militar de la bandera de las barras y las estrellas en Asia Pacífico.

Es decir que busca formas de debilitar el entramado de alianzas del Pentágono con potencias aliadas como Japón, India, Vietnam, Corea del Sur, Taiwán, Indonesia, Filipinas, Australia y Singapur. La suma de los gastos militares de estos Estados llega a ser casi la mitad de presupuesto de Defensa chino. Algo nada despreciable si además se toma en cuenta que el presupuesto del Pentágono es tres veces superior al de las FFAA chinas.

En este contexto, se alerta que la superpotencia asiática buscará clavarle algunos aguijones a los EEUU en su área de influencia natural desde fines del siglo XIX, tal como es América Latina. Con el objetivo de generar molestias y ruidos que le quiten algo de energía y capacidades a Washington en Asia Pacífico. Estos mismos análisis y proyecciones descuentan que el o los países que acepten por fascinación económica y/o ideológica ese desembarco chino tendrán que enfrentar los costos de un EEUU que usará todos sus instrumentos para evitarlo.

Dos veces antes en los últimos 100 años la Casa Blanca puso a nuestra región como un foco de amenaza. La primera vez en los años 30, cuando Franklin D. Roosevelt desarrolló la “política del buen vecino” para alejar la influencia nazi fascista de Argentina y el sur de Brasil. Luego a partir de los 60, por la revolución cubana y la difusión de las guerrillas, frente a lo cual J. F. Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso. En ambas ocasiones, los resultados fueros considerados satisfactorios para Washington. China seguramente esperará que la tercera sea la vencida.

En la ruleta de apuestas sobre qué país será el voluntario a molestar a los E.E. U.U., muchos miran hacia la Argentina. En tanto que Brasil es visto como más cercano y previsible para los tomadores de decisión americanos. Con la actual masiva asimetría de poder demográfico, económico y militar de Brasil vis a vis con la de nuestro país, una mini guerra fría derivada de alineamientos externos contrapuestos sería por demás compleja. Una decisión clave y que deberá ser muy cuidadosamente meditada. Más cuando la misma Beijing asume que su principal y titánico desafío es empujar a Washington de Asia en las próximas décadas.

por Antonio Las Heras & Sandra Noemí Britos

15 de setiembre de 2020