Por Alfredo Garrido

El 20 de noviembre de 1942, se estrenaba en el Cine Ambassador, de la calle Lavalle en Buenos Aires, la película nacional “La guerra gaucha”, dirigida por Lucas Demare, protagonizada por Enrique Muiño, Francisco PetroneÁngel Magaña, Amelia Bence y Sebastián Chiola; con guión de Homero Manzi y Ulyses Petit de Murat sobre el libro homónimo escrito en 1905 por Leopoldo Lugones. Fue considerada entonces, “la película de más éxito del cine argentino y una de las mejores” y así sigue inscripta en las historia del cine. Su argumento es una epopeya que transcurría en 1817 en la provincia de Salta, sobre las luchas guerrilleras de los gauchos partidarios de la independencia, bajo el mando del General Martín de Güemes, contra el ejército realista español. Para la filmación de exteriores, se construyó una aldea en la misma zona donde se desarrollaron los acontecimientos que inspiraron la película. En las escenas de conjunto, actuaron unas mil personas, no tenían precedente en el cine argentino. El éxito permitió recuperar su costo, en salas de estreno donde permaneció 5 meses.

Su relato épico está compuesto por varias historias en donde el paisaje y la naturaleza salteña tienen gran importancia. Un grupo integrado Enrique MuiñoElías AlippiFrancisco PetroneÁngel Magaña, el director Lucas Demare y el Productor Enrique Faustín, se reunía habitualmente a comienzos de los años 40 en el café El Ateneo de Carlos Pellegrini y Cangallo (hoy Perón), muy cerca de “El Club del Progreso” y configuraron una productora que trabajaría al estilo de United Artist de los Estados Unidos y fundaron en 1941 Artistas Argentinos Asociados Sociedad Cinematográfica, decidida a filmar La guerra gaucha. Homero Manzi a fuerza de insistir convenció al director Lucas Demare del proyecto; Francisco Petrone fue uno de los que más lo apoyó y propuso que el guión fuera escrito por Manzi y Ulyses Petit de Murat y con ello, Manzi un nombre histórico del tango, comenzó una larga colaboración con Ulyses Petit de Murat, escribiendo guiones cinematográficos. Lucas Demare consolidó un excepcional equipo artístico-técnico: su hermano Lucio en la banda musical, el asistente Hugo Fregonese, el montajista Carlos Rinaldi, el escenógrafo Ralph Pappier, el iluminador estadounidense Bob Roberts, el camarógrafo Humberto Peruzzi, el maquillador Roberto Combi. Se inició el rodaje en Salta en invierno, porque en los meses de verano eran asolaban las inundaciones. El  equipo, unas 80 personas, fueron a vivir en un viejo caserón que alquilaron. Se acomodaron en un gran salón y en dos pequeñas habitaciones, a cada uno que llegaba le ponían un catre y un cajón de cerveza como mesita de luz. Las actrices y Enrique Muiño, en razón de su edad, se hospedaron en un hotel. Demare había llevado de Buenos Aires la ropa de gaucho para los actores, pero al llegar advirtió que no era apropiada para el clima buscado en la película porque era nueva, de modo que cuando encontraba un gaucho auténtico que llevaba ropa usada y rotosa, se la cambiaban por la nueva. Por su parte Magaña y Chiola que en la película debían usar uniformes, fueron mandados por Demare a efectuar largas cabalgatas para “ablandar” los uniformes y los cuerpos no acostumbrados a andar a caballo. En la filmación tomaron parte más de mil personas en las escenas de conjunto; en tanto ochenta actores tuvieron papeles con letra. Entre los extras había gauchos del lugar contratados por la productora y otros que proporcionaron los Patrón Costa, familia de Salta, pagándoles de su peculio. También participaron un profesor de esgrima y soldados facilitados por las autoridades militares y dos jugadores de pato, venidos desde Buenos Aires, expertos en caídas del caballo. Como los gauchos no se querían vestir de españoles, pusieron a conscriptos para actuar como soldados realistas.

Con material traído desde Salta, en unos cincuenta camiones se construyó una aldea,  con quince casas, iglesia con campanario, hospital, caballerizas, corrales, jefatura,  cementerio, hornos y pircas, todo lo cual quedaría destruido por un incendio que tendría lugar en las escenas finales. Para el rodaje Demare, pidió 500 caballos, 400 cabezas de ganado vacuno, bueyes, mulas, burros y gallinas. Además, elementos de utilería: carritos, carretas, rodados de la época, “parques” y material del ejército. Otras escenas entre ellas, las de Amelia Bence y los Hermanos Ábalos se filmaron en Estudios de Buenos Aires. Los actores: Enrique Muiño, Nació en España en 1881 y siendo un niño, se vino con sus padres a Buenos Aires. Luego de su debut teatral a los 7 años, continuó realizando diversos papeles hasta que formó con Elías Alippi, una compañía teatral que obtuvo un gran éxito en Argentina y España. En cine debutó en la película Juan Moreira (1913) y luego trabajó regularmente desde 1937. En 1941 recibió el Diploma de Honor en los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina por su labor como mejor actor por la película El cura gaucho. Francisco Petrone, nació en 1902 en Buenos Aires. Ejerció diversos oficios hasta que ingresó como comparsa en una compañía teatral e inició una carrera actoral hasta su muerte. Debutó en cine con Monte criollo (1935), película que lo introduce como actor de fuerte personalidad, cuyo estilo contenido perfeccionó hasta ser un excelente actor rudo. Tuvo luego actuaciones sobresalientes en La fuga (1937) y Prisioneros de la tierra (1939) y en teatro “Un enemigo del pueblo”. Angel Magaña, nació en Buenos Aires en 1915. Debutó como extra en 1935 en El caballo del pueblo de Manuel Romero, trabajó en Cadetes de San Martín (1937) y en Prisioneros de la tierra, Su mejor alumno y en otros films históricos. Amelia Bence, fue una gran figura en la «época de oro» del cine argentino. Actuó en una gran cantidad de films, con Pedro López Lagar en Son cartas de amor, una historia romántica en la Guerra Civil Española. En 1943, fue protagonista de Los ojos más lindos del mundo, título que se relacionaba con sus ojos de tonalidad verde violácea. En Todo un hombre, con Francisco Petrone, dirigida por el francés Pierre Chenal. Luego encabezó el reparto de Nuestra Natacha (1944). En 1946 hizo con Mecha Ortiz y María DuvalLas tres ratas, que tuvo una gran repercusión. “Lauracha”  donde la crítica definió su labor como «excepcional» y la Asociación de Cronistas Cinematográficos le otorgó el premio a la Mejor Actriz de 1946. En 1947 A sangre fría, con Pedro López Lagar. La Danza del fuego en 1949 con Enrique Alvarez Diosdado. La dirigieron notables realizadores como: Daniel Tinayre, Luis Saslavsky, Fernando Ayala. Fue premiada muchas veces, como la mejor actriz por la Asociación de Cronistas Cinematográficos y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en las décadas de 1940 y 1950.

“La guerrra gaucha” es un hito inolvidable en la historia del cine argentino; antes del gobierno de Perón, las películas se hacían a pulmón, con libertad de contratación o exhibición, cuando el Instituto Nacional de Cinematografía no existía, ni el INCAA, ni los prestamos, ni las subvenciones oficiales; y el cine argentino era amo y señor en latinoamérica y como el país: ¡Era una fiesta!

 

Alfredo Garrido es periodista especializado en crítica de cine, conductor de programas de televisión y de radio. fue director de Canal 9 de Buenos Aires.