El tema reviste actualidad en el mundo político, por la limitación binaria de muchas opciones, que esterilizan las posibles líneas de convergencia de intereses.

El Brexit británico no las ha permitido. Es todo o nada y similar ocurre con las varias facetas de la permanente crisis del medio oriente con sus nudos gordianos  de la ciudadanía israelita, Palestina, Jerusalen, las colonias , etc. La debacle humanitaria venezolana, el partido único cubano, la puja demócratas-republicanos en USA.

Y entre nosotros, para no ser menos, la polarización a partir de la grieta K/no K, en este caso enfrentando una elección sin duda definitoria, parteaguas epocal, según caiga la moneda cara o ceca.

Mucho se ha debatido sobre si la posición de optar por algo que se sabe  imperfecto, claudicante o  deficiente  ,aunque se vea comparativamente menor, implica complaciente cinismo, detestable colaboracionismo maquiavélico al admitir convivir con males y errores ,etc..

Por otra parte moralistas no sospechables de  manga ancha , recuerdan que   Tomas de Aquino, ha expresado, “un legislador sabio permite el mal menor para evitar el mal mayor” (Summa Theologica, I, q. 48, a. 6) pues “no es justo destruir el bien común para evitar un mal particular” (Summa Theologica, I, q. 92, art. 2). Sostienen que en la recta aplicación del principio del mal menor, lo defectuoso o malo  no es buscado activamente, como tal, sino tolerado con el fin de evitar o eliminar un mal mayor.

En la opción electoral no es triste claudicación optar por lo que se sabe imperfecto, si al menos garantiza evitar un mal peor, sobre todo si están en juego la libertad y la justicia. Más aún  cuando escapa al alcance individual  generar un hipotético camino que nos ampare de todo mal de cualquier origen, pensamiento  angélico y en  la práctica in-humano, pues nuestras vidas se desenvuelven en el ámbito de lo falible y lo nunca perfecto.

Con libertad siempre se puede  luchar por el derecho que asiste a las causas justas.

Privados de ella, esclavizados en cualquier  forma de pensamiento único, nada es posible. Puestos a elegir, lo sensato es procurar el mayor bien realizable, y evitar cualquier mal peor, prefiriendo a quienes  más probadamente garanticen las libertades esenciales, de expresión, circulación, culto, educación, asociación, trabajo y propiedad; pues ellas generan la fortaleza de cada persona y cada familia, esenciales  en cualquier tiempo y lugar para poder lograr  los bienes mayores que debemos cuidar y atesorar.

Roberto Antonio Punte.