PLAZA HOTEL-
Publicado en Newsletter Fervor x Buenos Aires, Junio 2020-

Da pena verlo, como tantos otros grandes edificios de Buenos Aires. Hace poco nos ocupamos de Harrod´s, y hoy tenemos que hacerlo con este, que es mucho más que un hotel, para la historia y la identidad porteña.

Podríamos hablar largamente de las personalidades extranjeras que se alojaron allí en su paso por Buenos Aires.

Algunos nombres ya olvidados, otros legendarios como el Príncipe de Gales, el Maharajá de Kapurtala, Ana Pavlova, María Félix, Claudia Muzio, Bing Crosby, Enrico Caruso, Tyrone Power, Lana Turner, Teodoro Roosevelt, Alain Delon, Beniamino Gigli, Jascha Eifetz, Jack Dempsey, Pavarotti, María Callas, Charles De Gaulle, Nijinsky son algunos de la seguramente casi interminable lista de quienes pasaron en más de un siglo por sus puertas, hoy clausuradas desde hace cuatro años por inciertas obras que nunca finalizan.

La construcción del Plaza fue encargada por don Ernesto Tornquist, prominente banquero, filántropo y gran emprendedor de la city porteña al arquitecto Alfredo Zucker, comenzando las obras en marzo de 1907.

Zucker era un arquitecto nacido en Prusia, que vivió años en Nueva York, donde, entre otras cosas, diseñó nada menos que la Catedral de San Patricio, y se radicó posteriormente en nuestro país.

Si bien la construcción se realizó en los plazos previstos, Tornquist no pudo verla finalizada, ya que murió el 17 de junio de 1908. Pero alcanzó a ver crecer la estructura de hierro, inmensa para la época, desde las ventanas de su dormitorio, ya que residía en la esquina de enfrente, Charcas (hoy Marcelo T. de Alvear) y Florida, en el solar que después ocupó la famosa mueblería Nordiska.

El Plaza Hotel fue inaugurado el 15 de julio de 1909, con la presencia del tout Buenos Aires, encabezado por el Presidente de la Nación, Dr. José Figueroa Alcorta.

El edificio, indudablemente  academicista francés, con clásicas mansardas de pizarra, molduras, balaustres y cartelas, pero también con un cierto aire más severo estilo nórdico, ocupa una manzana irregular delimitada por San Martín, Marcelo T. de Alvear, Florida y Pasaje Corina Kavanagh

por Enrique Espina Rawson / Fotos por Iuri Izrastzoff