EDITORIAL DEL PRESIDENTE DE LA GAZETA –

A la pandemia que padecemos se suman sus efectos devastadores sobre la economía y el comportamiento social, que se expresa de modos diversos. Parte de los ciudadanos está agotada por el prolongado encierro; otra sufre sus consecuencias sobre sus ingresos que disminuyen o desaparecen; otros, impulsados por la necesidad o por comportamientos atávicos, delinquen sumando un deterioro adicional a la convivencia y finalmente la actividad productiva se interrumpe o cesa, generando despidos. Para colmo las medidas que toman los gobiernos son contrarias a la libertad.

Seguramente en países más organizados que el nuestro, las consecuencias deletéreas señaladas se mitigan o controlan.

El gobierno nacional y varios provinciales y municipales, en cambio, dan manotazos de ahogado, que lejos de brindar auxilio o tranquilidad, suman desconcierto y revelan improvisación.

Para colmo, sus integrantes, comenzando por el Presidente de la República, carecen de planes no solo para enfrentar las consecuencias de la pandemia sino, también, para gobernar, que es el cometido por el que fue elegido.

Las grandilocuentes declaraciones expresadas en la campaña electoral o las que se conocen ahora, son fuegos artificiales que ocultan la ausencia de ideas y propuestas, salvo la que ha quedado clara para quien no quiera engañarse:  la anulación de todo el despliegue judicial que tiene en jaque a la ex presidente hoy vicepresidente y a sus compañeros comprometidos en las maniobras delictivas por las que están siendo investigados. Ese es el objetivo central y único tanto del presidente cuanto de la vicepresidente. Si nos inspiráramos en algún escritor fantasioso una novela podría ser titulada: “De como elegimos caciques para que se fueran con el tesoro”

En ese marco el presidente y su equipo, saca de la galera ideas disparatadas o absurdas, destinadas, en primer lugar a hacerse fuerte en los sectores más cerriles del kirchnerismo. Pero, además, ofende a gobiernos de la región, se enfrenta con otros, propone medidas inconsistentes , como expropiar empresas, permite que se liberen presos, limita el accionar de las Fuerzas Armadas en la custodia de nuestro territorio, tolera que  una embajadora politica propuesta critique al Canciller por admitir que  en Venezuela se violan,  los derechos humanos. Y en el colmo,una  maniobra principal se enfoca a  transformar el poder judicial en un títere.

Gran parte de la ciudadanía ha reaccionado frente a algunas de estas desmesuras, mostrando que hay una oposición que no tolerará los agravios.

Pero esta conducta, para ser efectiva, deberá canalizarse en la gran cruzada nacional para que, superando todos los obstáculos que se pondrán en su camino, se transforme en una voluntad política comprometida capaz de vencer en las próximas elecciones, para lo cual será imprescindible que se elaboren, discutan y difundan los planes reparadores que se tengan, tanto de orden legislativo cuanto de posición de la Argentina en el mundo civilizado, como república representativa, democrática y liberal.

por Guillermo Lascano Quintana