Periódico Mensual del Club del Progreso | Año 11

EN LA ENCRUCIJADA DE LOS RUMBOS DIVERGENTES, SEÑALES CONFUSAS por Guillermo Lascano Quintana

EDITORIAL DEL PRESIDENTE DEL CLUB DEL PROGRESO –

Resulta difícil centrar el análisis de la situación de nuestra nación por la variedad y velocidad de acontecimientos que se suceden a diario. Algunos tienen espectacularidad, otros graves consecuencias sociales, políticas o económicas pero hay otros soterrados u ocultos, que tienen una trascendencia significativa a veces mayor.

El mes pasado hemos sido testigos, del modo directo y sin matices, que se difunde por los medios de comunicación, de ocupaciones ilegales de tierras en varios puntos del país, violación de domicilio en algunos otros, linchamiento de un sospechoso de cometer un delito, muerte violenta de un policía, intentos de violar las sedes de reparticiones gubernamentales por hordas de ciudadanos y los conocidos enfrentamientos violentos con traficantes de drogas. Hay videos cortos de robos que se muestran por televisión constantemente.

Paralelamente la Nación está pendiente de una decisión de cinco jueces que dudan sobre el Estado de Derecho y demoran, inusitadamente, una decisión que los colocará en el podio de los magistrados incumplidores de la ley o en el baúl de los recuerdos nefastos.

Y como se ello no fuera suficiente para añorar tiempos mejores, la vicepresidente de la República cuestiona la eficiencia del gobierno y convoca al diálogo de pocos, a quienes detesta. Y los convocados no contestan, tal vez con razón por los desaires anteriores y el trato que reciben.

Pero las calamidades no se agotan tan fácilmente. La moneda local, el peso, ha dejado de existir; solo subiste como ejercicio aritmético y para comprar menudencias; seguimos negando y desdiciéndonos sobre la dictadura venezolana y somos testigos del intento de controlar la libertad de expresión mediante un organismo comandado por una extremista guerrillera.

Subsiste, entre tanto, la violación de la libertad de tránsito dispuesta por gobiernos provinciales sobre la precedente del gobierno nacional, que se mantiene después de varios meses y comprobada su ineficacia para controlar las consecuencias de la pandemia.

Todo lo señalado hasta aquí, lejos de amedrentarnos y alimentar el odio entre sectores, debe imponernos un acto de contrición a todos e impulsarnos a intentar, sinceramente y sin reservas, a reconstruir la convivencia, como hicieron los fundadores de la patria, quienes en tiempos de enfrentamientos violentos impusieron la Constitución y sentaron las bases para el crecimiento del país y la acogida a todos los hombres del mundo que lo habitaron y permanecieron.

Apreciamos la declaración de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica sobre las tomas de tierra y la invitación a paliar la pobreza y celebramos la decisión de los poderes del Estado para hacer cumplir la ley y el derecho de propiedad. Es un paso en favor de la paz y la concordia.

por Guillermo Lascano Quintana

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