Se dice de Clint Eastwood que es el último de los directores clásicos de Hollywood en actividad, una energía envidiable si tenemos en cuenta que acaba de cumplir 90 años.

Esta denominación de clásico puede referirse a su forma de filmar que hace recordar a otros realizadores clásicos como Huston o Ford como también a sus continuos homenajes al western, genero que conoce a fondo desde sus inicios como actor en el spaghetti western.

El término clásico también remite a lo que no pasa de moda. Las películas de Eastwood se las puede re-ver una y otra vez y siempre descubrirle nuevas capas de lectura, gracias a su gran solvencia narrativa.

Desde Gran Torino percibimos la auto-conciencia cada vez más lúcida en su madurez, encarnando su personaje de viejo cascarrabias que tiene un lado sensible muy escondido, un nihilista que a veces parece creer en algo (Million Dollar Baby, Gran Torino,  La Mula , son exponentes de esto).

Como director ha tratado en numerables oportunidades el tema de los héroes anónimos. En películas como  GRAN TORINO (2008), SULLY (2016), 15:17 TREN A PARIS (2018) o su últimofilm EL CASO DE RICHARD JEWELL (2019) introduce una vez más su reflexión sobre la figura del héroe en la sociedad norteamericana. Aunque algunos lo tachen de conservador debido a su partidismo político alineado a los republicanos, su mirada no es cerrada.  Así lo demostró alofrecer la contra-cara de la contienda de la 2da Guerra mundial en la joyita  Cartas desde Iwo Jima (2006) después de haber planteado el conflicto desde el punto de vista de sus patriotas en Flags of our fathers.

El heroísmo en el cine de Eastwood es ambiguo y a lo largo de su filmografía plantea dos tipos de héroes:

Varias de sus últimas películas ( Sully, Richard Jewell, 5;17 tren a Paris) ofrece como protagonistas a hombres comunes y corrientes que, ante una situación extraordinaria, hacen lo que corresponde y se transforman en héroes de la noche a la mañana. Pero la opinión pública es voluble y estos héroes terminan muchas veces siendo cuestionados.

Pero hay otros personajes que hacen lo que no se debe hacer a los ojos de la sociedad pero es lo correcto según las convicciones íntimas del personaje (Gran Torino, La Mula. Million Dollar Baby). Estos héroes a los ojos de Eastwood (aunqueno lo son según la mirada de la sociedad) derivan de los films que moldearon a Clint como actor. Los spaghetti western de Sergio Leone y la saga de Harry, el sucio. Este último personaje es, por excelencia, el ejemplo del anti-héroe norteamericano que sin embargo gozaba con la empatía del espectador usando métodos poco ortodoxos para hacer justicia en un mundo corrupto.

La cosmovisión de Clint como director no se suscribe a una moralidad acartonada. Sus personajes son guiados en sus acciones por una ética personal.

El anti-héroe que encarna el propio Eastwood como actor exhibe conductas no aprobadas por establishment. La mayoría de las veces es un hombre duro, amoral y con pocas ataduras emocionales, tanto en sus personajes del western como en los viejos cascarrabias veteranos de guerra que encarnó en la última década. De ahí quem cuando surge un inesperado gesto de grandeza o de compasión en esos personajes, movilicen al espectador con más fuerza que la de los héroes intachables.

Será por eso que queremos tanto a este último gran narrador clásico

Por Lic. María Andrea Piazza