Al influjo de altas torres  
Corro por mi ciudad,  
Que vocifera sus sones.  

Son recuerdos de tristezas,  
De alegrías, grandezas y miserias.  
Mis piernas flaquean,  

Mas los gritos continúan,  
Hasta hacerse un clamor  
Que obliga a la esperanza  

De encontrar sosiego
En el inclemente muro
Que rodea nuestras vidas;

Todo gris y oscuro,
Sin espacio para el rezo,
La canción o el beso

Redentor y eterno
Que el dolor mitigue
O la salvación otorgue.

por Guillermo V. Lascano Quintana