Las estadísticas son positivas para la taquilla en la Argentina si prestamos atención solo a los números. A pesar de la competencia del streaming y de la crisis económica, la venta de entradas de cine creció con respecto a los años anteriores. Pero más allá de estos números favorecedores, el panorama es desalentador para el público que busca una oferta más variada.

Por un lado el mercado cinematográfico está cada vez más concentrado en Buenos Aires y algunas otras capitales de provincias. Por otro, de todas estas entradas vendidas, solo diez películas acapararon la mayoría de las entradas. Casi todas apuntan a un público infantil o adolescente, ya que son los mayores consumidores de la pantalla grande. Entre ellas Toy Story 4, El rey león y por supuesto las siempre taquilleras del universo Marvel: Avengers:endgame y Capitana Marvel. Solo una de ellas se destaca especialmente, GUASON , a pesar de ser una figura que surge del universo de Batman (también de Marvel), es un personaje que se sostiene por sí mismo en una película creativa y diferente,

El cine argentino tuvo dos grandes éxitos que perduraron en la cartelera, La Odisea de los Giles aún en cartel y El cuento de la Comadreja, pero aún así la película de Campanella con Graciela Borges no superó el medio millón de espectadores, si la comparamos con los casi tres millones que cosechó  El secreto de sus ojos del mismo director.

El cine de autor internacional estuvo representado por el éxito de las películas de Tarantino (Erase una vez en Hollywood), la admirable La Mula de Clint Eastwood,  Dolor y Gloria de Almodóvar (éxito muy merecido) y el fracaso estrepitoso de la última de Woody Allen  que, a pesar de la cantidad de fanáticos de Allen y de su prometedor título romántico (Un día lluvioso en Nueva York) no estuvo a la altura de las expectativas ubicándose entre las películas más flojas del director.

Hubo otros títulos muy interesantes en el año aunque con un modesto éxito en los cines: en mi opinión la más importante es SOMOS UNA FAMILIA del japonés Hirokazu Kore-eda, la ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Uno de los directores más importantes de la actualidad y del cual, afortunadamente, se ha estrenado aquí  todas sus últimas películas (Nuestra pequeña hermana, De tal padre tal hijo, etc)

Y si mencionamos los films europeos más destacados, estuvo en cartel la italiana DOGMAN, con su premio a mejor actor en el Festival de Cannes y la re-aparición de Catherine Deneuve en un rol protagónico en La última locura de Claire Darling.

Más allá de estos esporádicos estrenos de cine fuera de Hollywood, la única forma de acceder a la actual cinematografía de Europa es en la oferta internacional del BAFICI  y en los Festivales de cine Italiano, de cine Alemán  y de cine Francés que suelen hacerse en los complejos Village (hoy llamados Cinépolis).  Gracias a Dios que existen estos festivales para no estar totalmente aislados del resto del mundo, especialmente en una capital como Buenos Aires que, décadas atrás, se vanagloriaba de la variedad de su oferta en cartelera y de haber descubierto a directores como Ingmar Bergman o Abbas Kiarostami nada menos.

por Lic. María Andrea Piazza