Por Carmen Medrano. 

 El primer jueves de julio, , a pesar de la lluvia , se reunieron cerca de cincuenta personas interesadas por el homenaje que en el Café del Progreso se rendía a los cincuenta años ininterrumpido de Todo es Historia,  Entre el público reconocí a Elva Roulet, a Ángel Pini, a Jorge Beltrán, a Carmen Verlichac, a Gloria Bancalari , al miembro de la Comisión directiva del Club, Roberto Punte , a Gloria de Noailles y a muchos de los amigos que acostumbran acompañarnos.  Hubo fotógrafos e incluso el siempre presente Horacio Cersósimo grabando el video del acto.  Para la apertura , luego de mencionar a las invitadas protagónicas:  María Sáenz Quesada, directora de la revista; Eliana de Arrascaeta, secretaria de redacción , y a Felicitas Luna, editor e hija del fundador, leí unos fragmentos de una Historia de Todo es Historia, artículo de Félix Luna, que refiere los orígenes, nombra a los colaboradores iniciales, León Benarós, entre otros, y a los que se fueron sumando a lo largo del tiempo.  La nota revela también que en la revista hubo siempre preocupación por el buen decir y por la aceptación de ideologías diversas.  Las palabras de las tres oradoras confirmaron estos dos principios básicos.   Fue un diálogo informal entre las tres invitadas en el que se mencionaron  a los historiadores que escribieron en la revista: Osvaldo Bayer, Fermín Chávez, Jimena Sáenz, el P. Guillermo Furlong, Horacio Sanguinetti, etc.  Los aportes del Interior que querían fueran más numerosos, la influencia constante de Caro Figueroa.  La importancia de las Cartas de Lectores; las dificultades, los homenajes.  La alabanza especial del ex presidente uruguayo, Julio Saguinetti, cuando lamentó que en su tierra no hubiera una revista similar.  Alabanza que fue repetida por el director de un famoso diario italiano nada menos que ¡en Roma! Se dieron cifras asombrosas en cuanto a la cantidad de artículos publicados.  Intervino el público.  Fue de sumo interés el recuerdo de un historiador de nuestro sur sobre su encuentro con Luna, hecho que lo  llevó a ocupar el sitial de historiador patagónico.  Como cierre del acto , Roberto Punte, en su carácter de miembro de la Comisión directiva del Club del Progreso hizo entrega de las medallas de la Independencia, distinción especial del Club a cada una de las integrantes de la Mesa.