Uno de los estrenos más vistos en Netflix es una atrapante película que nos lleva al corazón rural de Irlanda. Basada en la novela homónima de Emma Donohue, es dirigida (curiosamente) por el chileno Sebastian Lelio (Gloria, Una mujer fantástica) con un descollante trabajo visual y sonoro. Ya desde el comienzo Lelio nos da la pauta que este thriller psicológico no va a ser contado de forma convencional: un personaje nos dice que todos necesitamos de historias. Y toda historia depende del punto de vista de quien la narra y de quien la escucha.
Irlanda 1860 – Una niña de 11 años en el seno de una pobre familia campesina sobrevive, milagrosamente sana, sin probar comida desde hace 4 meses. Convocada por una comisión del pueblo, llega una enfermera inglesa para estudiar el fenómeno,. La enfermera Lib (encarnada por la ascendente Florence Pugh) tiene un punto de vista totalmente ajeno al fervor religioso de esa comunidad irlandesa marcada por el dogmatismo y el aislamiento y sospecha un posible fraude de la familia para beneficiarse con las dádivas dejadas por feligreses que quieren tomar contacto con la supuesta niña santa, Su criterio es el de la observación médica, sin embargo no puede evitar sentirse movilizada emocionalmente por esa niña que pone en jaque su pensamiento cientificista.
La falta de alimento de Ann (destacada interpretación de Kila Lord Cassidy) no se debe a la Gran Hambruna que asoló a Irlanda hasta pocos años antes. Ann no siente hambre, Después de haber recibido la primera comunión, dice que se alimenta del maná del cielo,. ¿Se trata de un verdadero milagro eucarístico? La enfermera se esfuerza por desmentirlo pero no parece haber trampa alguna en la historia que le cuentan Ann y su familia. Un drama inquietante dónde la verdad es difícil de dilucidar.
La historia se entreteje con distintos aspectos que forman parte intrínseca de la idiosincrasia irlandesa, como es la importancia de contar historias (solo a través del relato oral ha sobrevivido la cultura y mitología irlandesa a tantos siglos de dominio británico). También existe una costumbre de huelga de hambre que viene desde los celtas, que se hacía a modo de reclamo.
La película, a su vez, se inspira en un fenómeno real que se dió en la época victoriana de Niñas Ayunadoras (fasting girls, en inglés), jóvenes que aseguraban que podían pasarse largo tiempo sin comer, por muchos motivos; desde el místico al estético.
A los irlandeses el hambre no les es ajena. El fantasma de la gran hambruna aún está presente en las imágenes elocuentes de un grupo de niñas viendo a Lib comer grandes porciones (porque la comisión le paga por su alimento y alojamiento) o la del médico que prende velas por su esposa e hijos fallecidos seguramente en ese terrible período de hambre que asoló Irlanda apenas una década atrás.
Lib tiene un pasado secreto vinculado a la maternidad que la atormenta y la historia de la enfermera se entrelaza emocionalmente de algún modo con la de la niña, lo cual desembocará en el sorprendente desenlace. El final con sus vueltas de tuerca requiere una mirada atenta del espectador. Las siguientes reflexiones pueden contener spoilers para quienes no hayan visto la película.
Quisiera destacar algunos detalles significativos de contrastes o paralelismos entre las protagonistas: Ann no come nada y sin embargo su rostro brilla con una luz interior, en cambio Lib come todo el tiempo de forma automática (como si solo lo hiciera para mantenerse con vida, porque se siente muerta por dentro). La enfermera se llama Betsy pero le dicen Lib, Por otro lado, Ann tiene un único nombre pero confiesa que le gustaría llamarse Nan (detalle que tendrá relevancia al final).
El desenlace sugiere un renacimiento a partir de la expiación de los pecados, también aparece simbólicamente el elemento del fuego para limpiar y resurgir de entre las cenizas como otra versión de uno mismo: por el fuego la propia Lib también deja atrás su pasado.
La sugerencia del director es que las historias cambian dependiendo del punto de vista del que las cuenta, porque en definitiva todo es una interpretación. Vos decidís si estás fuera o dentro de la historia que te cuentan.
por Lic. María Andrea Piazza